Identificar Problemas I

La planta de cannabis en crecimiento tiene unas necesidades concretas que hemos de satisfacer de manera rigurosa si queremos evitar tener problemas en el cultivo.

Por suerte, son resistentes y pueden hacer frente por sí solas a las plagas o a las condiciones de cultivo inadecuadas durante un tiempo. Pero si el problema no se corrige de manera correcta, habrá consecuencias.

Identificar el exceso o la falta de riego.

El riego de las plantas de cannabis es un ejercicio de equilibrismo cuyo perfeccionamiento lleva tiempo y práctica. Demasiada agua puede causar serios problemas para las plantas, además de obstruir la absorción de oxígeno. En el otro extremo del espectro, una escasez de agua podría resultar en unas condiciones sumamente áridas que dejen sedientas a las plantas, lo que hará que se marchiten.

Exceso de riego :

Las plantas de cannabis utilizan su sistema de raíces para respirar, además de para absorber agua, y si ésta está constantemente inundada, acabarán ahogándose. Lo más común es la creencia de que las plantas necesitan dosis constantes de agua.

1 ) Uno de los principales síntomas del exceso de riego son las hojas decaídas, pero no en la forma que se observa cuando hay escasez de agua, donde parecen estar marchitas. En realidad, es todo lo contrario. Las hojas están tan llenas de agua que se ven obligadas a curvarse sobre sí mismas, lo que también resulta en una gran firmeza.

2 ) Además, el ritmo de crecimiento de las plantas con un exceso de riego se ralentiza drásticamente, e incluso podría detenerse casi por completo. Esto se debe a las condiciones anaeróbicas que aparecen por una falta de oxígeno accesible para el sistema radicular.

3 ) Otro síntoma de que estamos regando las plantas más de la cuenta es el amarillamiento de las hojas. Es una señal de que existe un problema nutricional, que es un efecto secundario del exceso de riego.

Si notas alguno de estos síntomas con tus plantas y crees que es debido a un exceso de riego, lo mejor es que empieces a regarlas con menos frecuencia. Una prueba muy útil es meter el dedo índice en la tierra hasta el primer nudillo; si sale seco, rega.

Asimismo, asegurate de que todas las plantas cuenten con un drenaje adecuado, y de que el agua no se acumule demasiado en el fondo de las macetas o recipientes en los que están plantadas. El exceso de agua deberá salir de los tiestos, dejando la tierra húmeda pero no empapada.

Falta de riego :

Las plantas con falta de riego parecen débiles y sin vida, mostrando signos de marchitamiento. El marchitamiento de la marihuana por falta de riego es distinto al del exceso de agua – aunque de forma muy sutil. Las hojas estarán muy frágiles y quebradizas, e incluso tendrán una consistencia parecida al papel. Tendrán un aspecto deslucido y apagado. Otro síntoma de la carencia de riego es un medio sumamente seco y árido.

Algo que también puede causar una escasez de agua es utilizar el tamaño de maceta equivocado en las distintas etapas del crecimiento. Por ejemplo, si cultivas un plantón en un tiesto grande, podrías estar reduciendo las posibilidades de que absorba suficiente agua, porque su diminuto sistema de raíces no tendrá oportunidad de captarla antes de que se drene.


Sin una cantidad suficiente de agua, el sistema de raíces se secará, lo que podría reducir tanto el crecimiento como los rendimientos de las plantas. Asegúrate de regar tus plantas cuando la capa superior del suelo se haya secado. Si esperas más tiempo podría tener efectos perjudiciales.