La palabra tricoma se deriva del término griego “Tríchōma”, que se traduce como «pelo». Con su tamaño microscópico, necesitarás una lupa para observar ese manto de resina resplandeciente que cubre los mejores cogollos de marihuana y descubrir unos campos de tricomas. La comparación botánica de los tricomas con un pelo puede llevar a la confusión con los pistilos, que obviamente se pueden ver a simple vista como hilos con forma de pelo que salen de los cálices de las plantas de marihuana femeninas en floración.
La mayoría de los cultivadores examinan sus plantas con una lupa, esto hace que sea más fácil para el ojo ver los tricomas en desarrollo.

Diferentes tipos de tricomas :
- Tricomas bulbosos: Son los de menor tamaño de todos y aparecen en la superficie de toda la planta. Cuentan con un tamaño entre 10 a 15 micrómetros, lo suficientemente pequeño como para no ser visibles a simple vista.
- Tricomas capitados sésiles: Tienen un mayor tamaño y cuentan con un tallo y una cabeza, de ahí su nombre. Son más visibles y abundantes que los bulbosos.
- Tricomas capitados pedunculados: Su tamaño puede alcanzar los 100 micrómetros de ancho. Su estructura consta de un tallo que sostiene una célula basal en su cabeza.
PRODUCEN CANNABINOIDES Y TERPENOS
Todos los cultivadores deberían conocer la función que desempeñan los tricomas. Entender que estas pequeñas glándulas son las responsables de producir los cannabinoides y terpenos hará que tengas más cuidado a la hora de podar, cosechar y manicurar tus plantas.
INDICAN CUANDO ES EL MOMENTO DE COSECHAR
Los tricomas actúan como un puente de comunicación entre el cultivador y la planta. Con solo observar su color a lo largo de la floración, puedes hacerte una idea aproximada de su composición química. Gracias a esto, los cultivadores experimentados saben cuándo es el momento exacto de cosechar para asegurar niveles máximos de cannabinoides y unos efectos óptimos.